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miércoles, 23 de julio de 2014

ARTRITIS PSORIÁSICA: de la piel a la articulación

Es muy común que personas afectadas por psoriasis acaben desarrollando artritis psoriásica, sobre todo si entre las áreas afectadas están las uñas o el cuero cabelludo. Sin embargo, no es inevitable, de ahí que los dermatólogos sean el primer escalón para frenar el paso de la patología cutánea a la articular. 

Entre un 5 y un 30 por ciento de los pacientes con psoriasis desarrollará artritis psoriásica. De hecho, sólo un 15% de los artríticos presentan antes la lesión articular que la cutánea es más frecuente en personas con antecedentes familiares, con psoriasis en las uñas o que tienen grandes superficies afectadas por placas psoriásicas. entre un 6 y un 42% de las personas que tienen psoriasis padece artritis psoriásica y es más habitual que ésta aparezca entre los 30 y los 50 años. 

Una inflamación crónica 

La artritis psoriásica es una forma de inflamación crónica de las articulaciones de los dedos de manos, pies, la columna lumbar y sacra, las muñecas y las rodillas, y es mucho más frecuente entre la población afectada por psoriasis. En algunos casos, si no se trata puede producir daños irreversibles en las zonas afectadas. 

1. Además de afectar al aspecto físico, la aparición de la artritis psoriásica repercute también en la calidad de vida de los pacientes. Si la inflamación tiene lugar en la columna, provocará dolor nocturno y, por tanto, que el paciente tenga que levantarse por la madrugada y vea afectado su sueño diariamente. 
2. A esto se sumará el dolor punzante en los talones y la rigidez del cuerpo de más de 30 minutos cada mañana, que les sea difícil abrir y cerrar las manos 
3. Estos y más efectos provocan que los pacientes sufran, en algunos casos, depresión o desánimo, porque se encuentran limitados, y que padezcan trastornos sociales por su incapacidad, como la pérdida del trabajo, problemas de pareja, aislamiento social, etc. “La psoriasis por sí sola lleva a algunos pacientes al aislamiento social e incluso pueden llegar a tener fuertes depresiones. Si a ella se le suma la artritis psoriásica, aumentará el sentimiento de discapacidad. 

Es más frecuente en pacientes con antecedentes familiares de artritis psoriásica, los afectados de psoriasis en las uñas o en el cuero cabelludo, los que tienen psoriasis pustulosa o los que tienen grandes superficies cutáneas afectadas. “Sin embargo, en ocasiones no hay ningún signo que dé la pista sobre que ese paciente vaya a desarrollar una artritis psoriásica posterior”, recalca. 

Para prevenir esta enfermedad, los dermatólogos son los que tienen que estar especialmente alertas, ya que las manifestaciones articulares suelen aparecer de manera posterior a las cutáneas, y son ellos los que van a detectar la patología, En ese sentido, asegura que la artritis psoriásica puede aparecer unos meses o muchos años después de que haya debutado la psoriasis. “En menos de un 20 por ciento de los casos el orden de aparición de los trastornos es el inverso”, subraya. Con independencia de este matiz, este experto destaca la importancia de la coordinación entre especialistas para un correcto manejo del enfermo. 

Además, la artritis psoriásica es un tipo de artritis que en la mayoría de los casos tiene un factor reumatoide negativo y aparece con diferentes formas de manifestación articular: “desde una oligoartritis asimétrica, polimalformación simétrica que es la más frecuente, hasta una manifestación axial o una espondilitis y en los caso mas severos puede dar lugar a artritis mutilantes”. 

No Estas Solo 
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