lunes, 18 de agosto de 2014

historia de la psoriasis

Conoce la historia de la psoriasis 

La psoriasis es una afección dermatológica que afecta entre el 1 y el 2% de la población. 
Es considerada una enfermedad proliferativa crónica de la epidermis, determinada 
genéticamente, de evolución impredecible. Las lesiones se presentan como pápulas y placas 
eritematosas cubiertas por escamas gruesas, que se desprenden con facilidad. Las lesiones 
suelen distribuirse simétricamente en las salientes óseas, como codos y rodillas. Pueden
observarse las siguientes formas clínicas: 1) psoriasis gutarda, en la que se desarrollan
súbitamente numerosas lesiones paulares pequeñas, una a tres semanas después de una
faringitis estreptocócica; 2) psoriasis inversas, en la que se desarrollan placas en áreas
intertriginosas; psoriasis pustulosas, en la que ocurren pústulas superficiales; 4) eritrodermia,
donde la afección se generaliza en la totalidad de la piel y 5) artritis psoriásica, en la que puede
haber artritis en el 10 a 15% de los casos de psoriasis.

La primera noción histórica de la psoriasis está englobada en las Sagradas Escrituras. En
efecto, en el Deuteronomio del Antiguo Testamento se mencionan las “enfermedades leprosas”,
que probablemente incluirían esta afección.
La dermatología ha sido, en mayor grado que otras especialidades, un conjunto de afecciones
sintomáticas más que un grupo de enfermedades específicas, por lo menos hasta la Edad
Moderna de la medicina. En efecto, en la mayoría de los casos fue imposible, hasta la difusión
de la microscopía clínica y de la histoquímica, de trazar una clara línea de demarcación entre
los trastornos sintomáticos de la piel, en los que las lesiones cutáneas son sólo una
manifestación secundaria de una enfermedad o patología orgánica determinada, y las
afecciones dermatológicas específicas que se originan en la piel y están confinadas a ella.
El término psoriasis deriva del griego “psora” = picazón. Hipócrates de Cos (460-377 a.C.)
menciona a la psoriasis, aunque su naturaleza no está todavía separada de otras afecciones
cutáneas, incluida la lepra. Esta confusión duró varios siglos y derivó en que estos pacientes
fueran abandonados y separados de la sociedad.
El médico griego Galeno de Pérgamo (130-200 a.C.) utilizó la denominación “psoriasis vulgaris”
o psoriasis común para incluir todas las dermo y epidermopatías acompañadas de prurito.
Recién en el siglo XVIII el dermatólogo inglés Robert Willan (1757-1812) incluyó a la psoriasis
en el grupo de afecciones eritematoescamosas. En 1841 gracias a los trabajos de Ferdinand
von Hebra (1816-1880) y Moritz Kaposi (1837-1902), de la Escuela de Viena, se separó
definitivamente a la psoriasis de la lepra y se describieron separadamente sus características
clínicas y anatomopatológicas.
A partir del siglo XIX se describió la asociación de la psoriasis y artritis. Jean Louis Alibert
(1768-1837) describió por primera vez, en 1818, esta interrelación. Pierre Bazin (1807-1878)
describió en 1860 la “psoriasis arthritique”. En 1937 Seghers y Robinson consideraron a la
artritis psosriásica como una entidad clínica.

La etiología y mecanismo de la psoriasis permanecieron desconocidos durante los últimos
siglos. Se conocía el rápido crecimiento de las células de la piel. Algunos autores, sobre bases
empíricas, teorizaron que existía un componente genético en la enfermedad.
La evolución del tratamiento de la psoriasis revela que se inició con aplicaciones tópicas, como
el ácido salicílico. Desde 1950 se utilizaron la aplicación local y el uso sistémico de los
corticoesteroides. Entre 1970 y 1980 se introdujeron la luz UVA, el metotrexate y los
antimetabolitos. A partir de 1990 se emplearon la vitamina D3 en aplicaciones tópicas, los
retinoides y la ciclosporina. Las últimas adquisiciones fueron las terapias biológicas y el
tratamiento con laser.
La patogenia de la enfermedad dio un vuelco a mediados de la década de 1980, cuando se
centró en el estudio de una alteración del sistema inmunitario. Las células T alteradas atacan a
las células sanas de la piel, identificándolas erróneamente como extrañas –la piel afectada-, la
piel trata de repararse a sí misma, generando nuevas células, pero lo hace siete veces más
rápidamente que la piel sana. En sujetos libres de psoriasis, las células de la piel maduran y
son eliminadas cada 28 días aproximadamente. En la piel psoriásica, las células se movilizan
rápidamente hacia la superficie de la piel en el lapso de 3 a 6 días. El organismo no puede
eliminar células epidérmicas con la velocidad necesaria y este proceso resulta en las lesiones
que se forman en la superficie de la piel. El ciclo de eliminación de 28 a 30 días de la piel
normal se acelera a 3 días y las placas de la piel necrosada comienzan a aparecer.

La psoriasis de la uña


Las uñas son a menudo afectadas por la psoriasis. Esto se conoce como "psoriasis ungueal", o psoriasis de la uña. Esta variedad afecta a la mitad de pacientes de psoriasis. Suele afectar más a las uñas de las manos que a las de los pies.

El trastorno del proceso de queratinización tiene como consecuencia un ritmo de crecimiento acelerado que altera el aspecto físico de las uñas.

Las uñas pueden ser la única zona afectada al principio de la psoriasis, sobre todo en los niños, en los que aparecen piqueteadas o estriadas. Debido a su localización, la psoriasis de la uña puede resultar dolorosa.

Las personas que han tenido psoriasis durante varios años corren un mayor riesgo de desarrollar lesiones en las uñas que aquéllas que acaban de contraer la psoriasis.

¿Cuáles son los síntomas de la psoriasis de la uña?

La uña se vuelve más gruesa y la superficie se cubre de puntos, lo que la hace parecer un dedal.
En muchos casos la uña puede despegarse del dedo (cuando la uña se despega del lecho ungueal el fenómeno se llama onicólisis).

También pueden observarse otras lesiones: la piel situada bajo la uña puede volverse más gruesa (hiperqueratosis subungueal), pueden aparecer estrías longitudinales y líneas transversales, y la uña puede decolorarse apareciendo zonas de color amarillento o asalmonado. A veces la uña se vuelve blanquecina y opaca; este fenómeno se conoce con el nombre de leuconiquia. En general aparece decolorada, frágil o lameliforme.

Las uñas pueden desprenderse o destruirse completamente debido a esta enfermedad.

La inflamación también puede extenderse a la zona situada bajo la uña, en cuyo caso las lesiones tardan mucho en curarse por la falta de contacto con el aire.

¿La psoriasis de la uña siempre va acompañada de lesiones en otras partes del cuerpo?

A veces la uña es la única zona que presenta lesiones, pero también puede haber lesiones psoriásicas en otras partes del cuerpo. Parece que los enfermos de psoriasis generalizada son más propensos a desarrollar la enfermedad en las uñas. No obstante, hay pacientes que sufren de psoriasis grave en las uñas sin tener otras lesiones cutáneas graves.

Se sabe que la gran mayoría de pacientes que sufre de psoriasis de la uña sufrirá también de artritis psoriásica, una de las variedades graves de la enfermedad.

¿Las uñas psoriásicas se infectan con más facilidad que las sanas?

Cuando la uña se separa de su lecho, la grieta que aparece puede ser colonizada por levaduras y bacterias, que provocan una infección. Por este motivo deberían mantenerse escrupulosamente limpias las uñas, y protegidas cuando se realicen trabajos manuales.

¿Puede confundirse la psoriasis de la uña con otras enfermedades que afecten a las uñas?

La psoriasis de la uña puede adoptar varios aspectos y no siempre es fácil de diagnosticar, especialmente cuando los cambios de la uña no van acompañados de lesiones cutáneas.

Existe el riesgo de que se confunda esta afección con la onicomicosis (infección fúngica). En caso de duda, sólo una prueba micológica permitirá establecer el diagnóstico. A continuación, el médico recetará el tratamiento adecuado.

¿Cuál es el mejor modo de proteger las uñas?

Lo más importante es procurar que las uñas estén lo más secas posible, puesto que la humedad acrecienta el riesgo de infección. Es de destacar que los gérmenes pueden transmitirse desde otras partes del cuerpo con el rascado.

Debería usted llevar guantes de goma o vinilo cuando sumerja las manos en agua para realizar algún trabajo manual, y si algo se introduce debajo de la uña, debería ser extraído con un cepillo suave y no con un objeto afilado de metal.

Cuando se lave las manos, debería secarse a fondo las puntas de los dedos con una toallita de papel para absorber la humedad que pueda introducirse bajo la uña.

No deberían limarse las uñas.

Si la piel situada alrededor de la uña se hincha de forma anormal, su medico la examinará para descubrir si se ha infectado la uña.

¿Cómo hay que hacerse la manicura?

Es difícil cuidar uñas debilitadas por la psoriasis. Es mejor mantenerlas cortas, ya que las uñas largas pueden quedar atrapadas o desprenderse del dedo con más facilidad, aumentando el riesgo de traumatismos. Las uñas largas son también más propensas a las infecciones.

Debe usted procurar no dañar la cutícula, y debería prestar mucha atención a los bordes de las uñas, sobre todo las de los pies, ya que éstas pueden clavarse en la piel causando una mayor inflamación (el fenómeno conocido como uña encarnada). Debería consultarse a un podólogo si las uñas de los pies se vuelven más gruesas.

¿Puedo usar laca de uñas?

La psoriasis de la uña puede a veces causar vergüenza, sobre todo si se tiene un trabajo que exija el contacto con el público. Puede usted aplicar una capa de base para rellenar los orificios que pueda haber en la superficie de la uña, seguida de una laca de color. También puede usar uñas falsas mientras espera a que crezcan las naturales.

Puntos clave
La mitad de los enfermos de psoriasis experimenta cambios en las uñas (1).
La uña puede a veces desprenderse fácilmente, o aparecer piqueteada, suelta, decolorada o estriada.
La psoriasis de la uña tiene un aspecto desagradable y puede causar vergüenza.
Es esencial cuidar bien de las uñas y llevarlas cortas para disminuir los riesgos de traumatismos e infección.

Puedes controlar la psoriasis de la uña con aceite de argan , aplica uniformemente el argan en tus uñas cubriendo en su totalidad , deja que la uña absorba todo el tratamiento, repite y se constante y veras un cambio notorio ..


como ducharse si tengo psoriasis

Toma un baño de tina

Mientras que no curará tu psoriasis, el disfrutar de una tina de agua tibia podría ayudar a remover las escamas, suavizar la piel y prevenir la resequedad asociada con la condición. Los dermatólogos y la AAD recomiendan tinas y duchas cortas con agua tibia, no caliente, y utilizar productos libres de fragancias. Para calmar la piel inflamada los expertos sugieren sumergirte en una tina que contenga aceites de baño o sales epsom o sales del Mar Muerto por al menos 15 minutos al día. Después del baño procura secarte con palmaditas en lugar de frotar, luego aplica un humectante espeso o aceites.